Más baloncesto, imposible
A menudo decimos que en el MAMBA Basket el baloncesto no es el fin, sino la excusa. Turismo y amistad son los grandes protagonistas de un torneo internacional en el que más de la mitad de sus participantes son de procedencia extranjera. Pero lo cierto es que esa excusa que es el baloncesto es muy grande. Mucho. Tanto, que en menos de 48 horas que dura el evento desde que comienza el viernes por la tarde hasta que finaliza el domingo al mediodía, son 96 partidos los que se juegan. Y la gran mayoría de ellos transcurren en la jornada corazón, la del sábado.
Desde bien temprano por la mañana, y luchando no solo contra el rival sino contra las agujetas del primer día de baloncesto (y el trasnoche de quien lo tuvo en la fiesta de bienvenida), nuestros ‘masters’ llenaron de color los pabellones de nuestra ciudad de Murcia en la edición de mayor afluencia.
Fue el día grande especialmente para la categoría +40, la más numerosa en equipos del torneo, y en la que, por edad, también se puede apreciar una mayor velocidad en el juego, así como también una mayor competitividad en sus jugadores y jugadoras, quienes más cerca tienen sus días como jugadores/as federados/as o, en algunos casos, hasta profesionales.
Espua, el más variopinto
Si hay un equipo que copó las miradas en la segunda jornada, ese fue el Espua España/Ukrania de la categoría masculina +45, procedente de la ciudad de Altea, que presentaba un interesante ‘mix’ de jugadores españoles y ucranianos, pues la vecina localidad alicantina cuenta con una importante comunidad de ciudadanos residentes de procedencia ucraniana y rusa.
Entre ellos, algunos exjugadores profesionales, como los ucranianos Oleksandr Skutyelnik, un base del clásico corte de general sobre la pista que lo tiene siempre todo bajo control, o el pívot de 2,10 metros Petro Podtykan, un excelso jugador ofensivo con mucha clase y tamaño para anotar cerca del aro y con muñeca para hacerlo desde lejos. Este último fue un gran damnificado de la invasión rusa a su país, llegando a pasar hasta diez días desaparecido.
No eran los únicos exprofesionales en el equipo dirigido por Alejandro González. Jorge García, formado en las categorías inferiores del Real Madrid y que tuvo una larga trayectoria profesional de 20 temporadas, jugó seis de estas en la ACB, la primera de ellas en el CB Murcia cuando competía bajo la denominación de Recreativos Orenes. Sus temporadas más recordadas para el gran público fueron en el Fuenlabrada, el club en el que más años seguidos estuvo (cuatro), llegando a ser capitán del equipo. Un jugador de 2,03 metros que actuaba como ala-pívot tirador cuando esta figura del 4 abierto no estaba tan extendido.
Vencedores en la jornada del viernes de su partido por un amplio 48-18 ante la Familia Monster de Madrid, la expectación levantada fue cumplida con victorias en esta jornada de sábado, con un 24-47 frente al Granada Team y un 61-51 primero el RC Marítimo de Melilla más tarde.
Pronto, artículo en nuestra página web desgranando un poco más este equipo de ilustres.
Noche de fraternidad
El sábado fue el día grande en el MAMBA no solo por la cantidad de partidos disputados y la mayor afluencia de público que en un viernes laborable como el día anterior. También lo largo y ancho del día dio para muchos reencuentros entre habituales de los torneos de veteranos, así como nuevas amistades surgidas alrededor de un deporte que este fin de semana, en Murcia, demostró no tener edad.
Pero el plato fuerte llegaba a la noche. Después de una fiesta de bienvenida la noche anterior, hoy tocaba cena de fraternidad para todos los participantes del evento. Y el lugar escogido era uno de los restaurantes con mayor solera de la ciudad de Murcia, un clásico en constante reinvención como es el Rincón de Pepe.
Allí entre plato y plato ya se fue montando una fiesta que tuvo continuidad en la zona de tascas de Murcia y el propio Musik en la plaza de toros. Y, lo que pasa en el MAMBA, en el MAMBA se queda.